Los más de 8 mil km que separan a los jubilados y jubiladas de Argentina de los manifestantes de Los Angeles, convocan a pronosticar, una señal similar de rebeldía. 6x3n1n
Las diferencias son muchas. Pero no suficientes para que lo esencial de ambas no esté correlacionado.
Las dos son fuentes de rebeldía.
Las dos enfrentan a gobiernos de ultraderecha, aunque uno sea de tipo imperialista.
Ambos desataron una batalla contra los derechos sociales y la democracia como método institucional.
Las dos enfrentan la fuerza represiva sin miedo.
El movimiento de jubilados/das ha mantenido su resistencia durante más de 60 semanas continuas, enfrentando fríos polares, sol inclemente y policías matones.
Los rebeldes de Los Angeles desbordaron la fuerza publicaron y obligaron al gobierno local a enfrentarse al poder nacional.
Ambos movimiento lograron un impacto nacional que solo una huelga general podría y ambos obligan a sus gobiernos a pensar estrategias de enfrentamiento.
Lo que resulta es una suerte de resistencia mancomunada aunque desigual.
La marcha de jubilados ha logrado en cinco oportunidades ser masiva en alrededor de los 100 mil manifestantes. Solo han sido cinco veces porque la mayor central obrera prefiere negociar con Milei.
Mientras, en Los Angeles, la rebeldía no depende de algún aparato sindical. Fue una reacción explosiva sin control, espontánea, liberada de aparatos.
Lo que es fuerza masiva y desatada en Los Angeles, es movimiento organizado en Buenos Aires.
Pero.ambos procesos confluyen en el momento historico de enfrentar a un enemigo que Iguala a escala hemisférica en su propósito común de destruir las organizaciones de resistencia social para imponer formas semi bárbaras de explotación del trabajo.
Es posible que estemos en presencia del sufrimiento de una vanguardia de resistencia mancomunada por lo temporal y por el tipo de enemigo que enfrenta.
Y sobre todo, unificada en la decisión de enfrentar a dos formas distintas del mismo fenómeno reaccionario.